lunes, 26 de julio de 2010

Entre dudas


Estaba tratando de descifrar mi suerte, pues estaba parte de mí con Pamela y la otra más bien con Ivonne, la cosa con Pamela se había vuelta tan repentina y fluida mientras que con Ivonne no. No me considero fiel, tengo mis temporadas y creo que con este comentario algunas susceptibilidades se verán afectadas, pero más que fiel, considero más cómodo enfocarme en una chica y pasarla lo mejor posible a su lado. Eran muy distintas mientras que una estaba a la par conmigo, podría decir que tenía gustos similares a mi siempre tenía una respuesta inteligente a lo que pudieras decir u ocurrírsete, Pamela más bien me sorprendía con cosas nuevas era muy distinta a mi, más fresca, y tenía una emoción por la vida que te arrebataba. Referente al plano físico las dos estaban para darles con todo, y la verdad gana no me faltaban para decirles por un trío, pero por todas las señas, Pamela en ese aspecto era virgen, no hacía falta ser un experto para darse cuenta de aquello. Era quizás lo que me frenaba con Pamela, pues aún en mi quedaba algo de caballero y pensaba que ella merecía algo distinto en su primera vez, un pata recontra templado de ella, no como yo lleno de dudas, no es que no sintiera nada por ella sino que no era tan profundo como debiera.

Ivonne, más bien era la típica chica modelo que quisiera tu madre que lleves a casa, universitaria agradable, inteligente, católica, claro que era más entretenida en confianza, pero intente darle más tiempo a Ivonne, quizás por el tema de la madurez Ivonne me daba más seguridad que Pamela, quien los temas de conversación podía hacerlos girar de mil formas que uno no pensaba que podía ser vistos.

Ese día salíamos del cine y caminábamos por los parques aledaños de Larcomar, comentando la película que era una comedia romántica y lo genial que puede ser Adam Sandler, cuando me dijo lo bien que la pasaba conmigo.
-No sé por qué siempre llegó de nuestras salidas con un dolor de mandíbula. Me haces reír mucho, la paso de maravilla- me dijo mirándome tiernamente-
-Suave con ese dolor de mandíbula, que se puede malinterpretar- le dije bromeando en doble sentido-
Volvió a reír, lo cual me encantaba, su risa era tan endulzante, sincera.
-Me haces muy feliz, sabes- me dijo arreglándose el cabello-
-Que bueno, entonces ya somos 2- le dije dejándome llevar por el instante-
Nos besamos, no pude contener el querer sugerirle ir a un lugar más intimo, algo que venía conteniendo desde aquella vez que me rechazo de forma grata.
-Llévame donde tú quieras- me susurró despacio.
-Estas segura, no quiero que suceda algo si no estamos ambos seguros-le remarqué es algo que prefiero hacer siempre por si después existen reproches-
-Totalmente.
Fuimos a mi recóndito cubil de batalla, no podíamos evitar no mirarnos en todo el trayecto, de forma cómplice.
Cerré la puerta y la contemplé echada en la cama, acomodándose el cabello, e invitándome a ese banquete, la tomé despacio y le fui quitando la ropa mientras la besaba, despacio sin prisa, quería saborear el momento, había valido la pena esperar, entonces no dejaría que pasara rápido, acaricié con mis labios suavemente su vientre, sus muslos, y subir hasta sus pezones, mientras deslizo suavemente mi pene encapuchado en un condón dentro de ella sintiendo su cuerpo estremecerse con el contacto y la suave fricción de nuestros cuerpos, sentir su aliento agitarse cuando la introducía cada vez con más firmeza y deseo.

Me quedé mirando su lindo rostro dormir después de haberme permitido amarla y explorarla a mis anchas, demostrándome que uno nunca en el sexo deja de aprender, además la espera había valido la pena, era más de lo que había podido imaginar, Ivonne ahora era la que me despabilaba con su maestría y encanto. Sí era posible estar más confundido de lo que estaba, creo que más fácil sería internarse en un manicomio.

miércoles, 26 de mayo de 2010

Pamela


Su nombre era Pamela, por más cursi que suene era la chica más inocente que conocí, en todo el sentido de la palabra, me desconcertó desde el momento en que la vi, pues tenía un aire a Fiorella Cayo, casi aposté a que sería ella, pero no lo era tenía además un cabello más corto, tan delicada, tan frágil, la conocí en un taller de baile, no me pregunten como llegué ahí, pues es otra historia, pero sus movimientos ondulantes y acompasados, me hipnotizaban, hasta que entre giro y vaivenes de su cuerpo, su mirada logró ubicarse en la mía, que estaba extasiada, con su silueta, con ella. Al terminar su rutina tan fresca ella, tan inmaculada como sólo podía ser ella, se me acercó, ante mi sorpresa.-Hola soy Pamela-me saludó sin dejar de sonreír, una sonrisa clara, sincera-
-Hola, soy ---. Que bien bailas-le deslicé el comentario sobón, pero no por eso menos honesto pues era lo que pensaba-Estaba shockeado, no esperaba que ella hiciera ese movimiento, pero ahí comencé a darme cuenta de su personalidad, tan clara, tan pura, si se me permite el termino.
Conversamos ese día como 2 horas, me hacia olvidarme de mis demonios, de mis pecados, de mis pasiones que me consumían, era tan natural, casi no calculaba lo que decía, acababa de terminar el colegio, un buen colegio miraflorino con nombre de ciudad judía, era alta casi de mi estatura, de un cuerpo delgado y grácil de la cintura hacia arriba, pero de unas hermosas caderas y piernas más carnosas y apetecibles, pero eso en ese momento no me importó era un plus a mi interés por ella.
Y así comenzamos a frecuentarnos en conversaciones al termino de dichas sesiones de baile que yo adoraba ver, era como mirar una enorme pecera con un pez capaz de embelesarnos con sus movimientos en el agua, la música de la cual era yo entusiasta le parecía interesante a pesar de se tener otros gustos por la diferencia de edad, quise invitarla a salir al cabo de unas semanas.
-Pame, no se si quieras salir el viernes después de la sesión- le dije resuelto a que me aceptaría en el acto, ya que podía darme cuenta (ella lo hacia notar muy bien) de cierto interés en mi.
-No --- , no puedo- me dijo muy seria pero sin demostrar un rechazo frío-
Me dejó helado era una chica tan impredecible, era una respuesta que nunca hubiera podido calcular, la miré desairado.
-No he dicho que no quiera verte ese día, pero que te parece si vas a mi casa, mi mamá te quiere conocer- me dijo con todo el animo posible que su edad emanaba-
-Pucha, normal entonces ese día vamos a tu casa- le dije algo inseguro de mi respuesta, ya que en realidad no la pensé al darla.
Llegó el día y compre una caja de chocolates Ferrero Rocher, tenía que impresionar a la tía, porque de por sí al ver a Pamela uno podía hacerse la idea de una familia acomodada, estaba bien cambiadito, y listo no quise observar la sesión ese día, la ansiedad era tremenda, y prefería no hacerla notoria, llegué a la hora que ella estaría ya apunto de salir de los camarines, ya duchada, con su maletín, su shortcito, su polo y ese olorcito a shampoo importado.
-Hola, no te vi durante la sesión, miraba de rato en rato y nunca apareciste- me dijo mostrándome su preocupación-
-Si, lo que pasa es que quise comprarle algo a tu mami- le dije tratando de parecer lo más educado posible-
-Que detalle, y qué es?- me preguntó mientras trataba de mirar lo que traía en la bolsita plateada con asas-
-No seas sapa, aguántate hasta que lleguemos- le dije tomándola suavemente-
Caminamos mientras nos reíamos, era una niña, lo que pudiera contarme lo hacía como si fuera lo más asombroso del mundo, me contagiaba su gozo por la vida, por estar viva, por estar ahí conmigo, era agua fresca en mi vida.
Llegamos a su casa, la cual era muy grande y bonita, el cruzar el recibidor me escarapelo la espalda, pero ya estaba ahí, me imaginé a una mujer mayor, desabrida desconfiada, inquisitiva, pero que tal chasco; nos recibió su madre la señora Susana, una mujer en sus dulces 39 años, hermosa, como la hija, pude percatarme de quién Pamela heredó esas caderas fascinantes, seductoras, aquella sangre italiana hacia hervir la mía.
La señora Susana me dio gratuitamente un trato inmejorable, me brindo la confianza que puede hacer una mirada clara color miel, una sonrisa auténtica.
-Así que estudias economía, que interesante, Pamela me ha contado mucho de ti-me dijo sin borrar esa sonrisa que me tenía hipnotizado (me alegre de haber aceptado ir a su casa)-pero cosas buenas nomás-finalizó dejando escapar un leve carcajada-
-Ah, que bueno, felizmente- le dije permitiéndome bromear también con ella-
Después de una charla de una media hora en la que me quede encantado con la señora Susana, se retiró llevándose los chocolates no sin antes dejarnos picar algunos pero también prometiendo no comer más de uno al día por su régimen dietético.
Estuvimos charlando, la verdad esas piernas tan atléticas, y ese shortcito que permitía apreciarlas, me parecía lo máximo para poder inspirarme y decirle cosas interesantes o seductoras, además del CD del unplugged de Alanis Morissette, tenía ayuda adicional, me estaba mostrando una cicatriz pequeñita que se hizo en la rodilla cuando jugaba voley hace unos años atrás, me incliné a mirarla y en ese momento en aquel recibidor solitario de muebles de cuero negro, tenía su rostro tan cerca de mi mirándome a inocentemente, puse mi mano en su rostro y la besé, la besé con un beso de labios, pero largo en el que pude palpar la textura de sus labios saborearlos con calma. Nos soltamos, ella miraba aún mis labios y me volvió a besar pero esta vez con más pasión, sospechaba que pasión reprimida todo este tiempo, ante mi aparente calma ante ella, le seguí la intención, dejé mis manos a su libre albedrío, ya que ella también lo hizo, pude al fin sentir los suaves que eran sus muslos suaves y firmes, lo carnosa que era su cadera, e imagine lo mismo de sus nalgas, entreabrí mis ojos y la vi, en éxtasis, y pude percatarme que nadie la había tocado así, como lo estaba haciendo yo, ver sus labios entreabiertos y sus ojos expresando placer fue lo máximo. Aquella noche mientras caminaba a mi casa tenía una sensación extraña nunca la había sentido, gratificante, un pequeño fueguito calido en mi, era Pamela.

martes, 2 de marzo de 2010

Música 1

Hoy me siento un poco emotivo, la razón, no sabría explicarla, pero he querido hacerles unas pequeñas recomendaciones de música para escuchar en esos momentos de pasión, melancolía, meditación, espero les sirva de algún modo.
Alanis Morissette, un placer oirla hablar del dolor tan placentero que es el querer.
http://www.youtube.com/watch?v=0kBt3SM3h1c&feature=PlayList&p=DA9BA9D067CB75B3&playnext=1&playnext_from=PL&index=69

Pues soy un gran admirador de las mezclas, siempre y cuando sean bien hechas, y esta es una de ellas, la version de She will be loved de Buena vista social club asì como la caricia para los oídos que está versión con Dido de One step too far

http://www.youtube.com/watch?v=08Idan-FY-Y
http://www.youtube.com/watch?v=r-F9M80mvJo

Si buscan algo para seducir una de las que casi nunca falla para dar ese ambiente de relax en que las sensaciones se pueden palpar esta soft song, obra maestra de acid jazz,Talulah .

http://www.youtube.com/watch?v=n3EsPTX0wuQ

O si buscan canciones aún más caletas pero quieren cortarse con urgencia las venas, sería bueno que escucharán a Glen Hansard y Marketa Irglova, If you want me para comenzar.

http://www.youtube.com/watch?v=nP8no58Mr-I

Si buscas algo retro y agradable, tenemos a Kiss, o Air supply con Good bye, si a tu chica o chico le gusta el piano, con la segunda canción lo tendrás en tus manos

http://www.youtube.com/watch?v=ojz8RdRLzXI
http://www.youtube.com/watch?v=J6qxMP3deU8

Si buscamos covers, tenemos a Sixpence none the richer, con esta versión de don`t dream it`s over cerrando un amor, a UB40 con la versión de Every breath you take indicando que siempre acosarás a la víctima de tus sentimientos, o Amy Winehouse con Will you still love me tomorrow preguntándose lo que muchos nos preguntamos alguna vez, si aún me amarás cuando la noche se encuentre con la luz de la mañana.

http://www.youtube.com/watch?v=YYNolE3FRZI
http://www.youtube.com/watch?v=4q8hzs1mkxI
http://www.youtube.com/watch?v=Ludxpkyrab0

Esta es la primera entrega espero les guste, y sino me gustaría saber de sus gustos musicales.

jueves, 25 de febrero de 2010

Desaire esperanzador

Estaba saliendo del gimnasio y abro mi casillero para sacar mis implementos para ducharme, cuando veo un mensaje de texto, era de Ivonne, con todo lo que había estado dando vueltas en mi cabeza había olvidado a aquella ninfa intrepida que me salvó la vida.


".. hoy m acord d ti, mientras tomaba dsayuno, q s d tu vida.."





Aquel día estaba derrotado fisicamente, pero me encantó la frescura que proyectaba Ivonne, su forma de ser imperturbable por un borracho, postsexual, suponía que si la veía otra vez, pero ya más ecuanime las cosas, podrían ser mejores, además que me quede con la curiosidad de conocerla mejor, en el buen sentido.





Había tomado la decisión de conocerla un poco más a Ivonne, así que le contesté el mensaje, siendo un tanto prudente.


"..tiens tiempo mañana. qisiera vert e invitart un lonche jajajajaja.."


Acababa de pasar los examenes parciales y me sentía ligero, y quería cuanto antes verla.


Recibí al minuto el siguiente mensaje.


".. m parece justo q m pagues l dsayuno con un lonche. a q hora y dond??.."


Mi respuesta fue:


".. ok paso x ti a las 5 pm t timbro cuando llegué.."


Después de un rato me confirmó el plan, y sólo quedaba esperar al día siguiente para poder ir y mirar de cerca y totalmente sobrío ese rostro tan lindo, esas piernas largas, y esa simpatía que te hace sintonizar así estes de malas.



Estaba timbrando al celular de Ivonne afuera del edificio de la mami, no quería entrar me daba roche verle la cara al concerje. Espere algo de 10 minutos, comenzando a dudar si realmente ella bajaría o si me dejaría plantado, pero mi celular comenzó a sonar, era ella timbrándome y despejando mis dudas. Al rato bajó, estaba con un short de drill crema, señido a sus lindas piernas un polito, y un olor dulce, al saludarme pude oler su cabellera castaña a shampoo de frutas, estaba extasiado y la velada recién comenzaba, salimos caminando, me contó lo divertida y extraña que le había parecido nuestro primer encuentro, que se quedó pensando en mí y esperando mi llamada, me disculpé afrimandole que estuve muy "atareado" por los estudios y el trabajo, pero que de igual manera ese día me facinó conocerla, aún siendo las circunstancias excéntricas las que nos permitieron encontrarnos.



-Y ya no haz vuelto a tomar como ese día?-me preguntó traviesamente-

-La verdad no, me estoy portando bien, al menos desde ese día- respondí dejando un toque de misterio-

-Mmmmm dices eso porque es así o por qué? porque quieres limpiar tu imagen conmigo- me dijo sonriendo-

Noté que cuando hablaba y esperaba una respuesta de parte mía me buscaba la mirada, me encantaba el juego que hacía, era muy coqueto, pero desafiante a la vez.

-No, es la simple verdad, no tendría porque querer hacer lo otro-le dije tratando de manejar la situacion-

-Y por qué tendría que creerte?- me repreguntó mirándome a los ojos-

-Porque estoy aquí respondiendote mientras miro tus lindos ojitos- le dije mirándola desafiante-

-Por eso es que te creo- me dijo sonriendo y liberando la tensión de la charla-

Tomamos un taxi a Miraflores y conversamos de las cosas que hacíamos, ella y sus estudios, y yo mis estudios y el trabajo.

Llegamos y dimos un par de vueltas por el parque Kennedy, me comentó que estaba viendo si viajar al extranjero una vez que acabara su carrera, y cosas como hobbies, le gustaba las cosas de aventura, como trekking, skate, bicicleta en circuito cross, y bueno, no me lo hubiera esperado, se le veía una chica un tanto tranquila hasta hogareña.



Entramos al café-café, para estar más cómodos le sugerí sentarnos en el segundo piso, pedí un café y una tortilla española, ella un capuccino y unas empanadas.



Aquella noche, pude sentirme en confianza y como lo sentí la primera vez que estuve con ella, fue una tenue lluvia en un cruel verano, el verla sonreir era un placer, su pestañear y el misterio que encerraba su mirada, me deslumbraba sus gestos y la sensación que generaba en mi, la felicidad, la alegría que proyectaba y embargaba. La velada llegaba a su fin y acompañé a Ivonne hasta su casa, me divertía jugando a pisarle los pies y ella dando brinquitos, pero obviamente no lo hacía porque si no hubiera malogrado la velada. Al llegar miré con tristeza la puerta del edificio, y pareció que alrededor los autos que pasaban se hubieran quedado en silencio y sólo pudiera oir lo que ella me decía.

-Bueno creo que quedará pendiente el almuerzo para completar las comidas ¿no?-me dijo con esa gracia que la caracterizaba-

-Sí, el almuerzo, pero si quieres podemos tomarlo mañana, y el desayuno te lo puedo llevar a la cama si deseas?- traté de ser lo más galante posible, ya que sería la mejor forma de cerrar aquella maravillosa cita-

-No, dejemoslo para más adelante- me rechazó sin dejar por eso de mantener su buen humor y no haciéndome sentir desairado-

Sus palabras en cierta forma me dieron esperanza a saber que más adelante habría muchas oportunidades, me dejaba la puerta abierta.

-Ok, que descanses, no creo haberme divertido tanto como hoy, gracias por una tarde-noche como esta- le dije animado mientras me acercaba a despedirme-

Me besó, con un beso tierno, largo pero tierno, solo de labios, húmedo.

-Que tengas una linda noche- me susurró mientras se separaba y escapaba dejando sembradas ilusiones en mi-

Me quedé parado viéndola entrar a ese edificio y de nuevo todo a mi alrededor recuperó el sonido.

Caminé hacia la avenida, recién volví a la realidad, había gastado, más de lo que pensaba gastar, regresaría en micro, y me lamentaría luego que no me iba a alcanzar para salir después, pero mientras el perfume de ella aún estaba en mí, se mantuvo el buen humor y la tolerancia hacia mi mal manejo financiero recordando los momentos de de la cita.

miércoles, 24 de febrero de 2010

dulce ignorancia o amarga verdad?


Estaba caminando hacia los camerinos de hombres cuando furtivamente apareció Maggi, y me sujeto por el brazo.

-Dime la verdad, aunque duela-me dijo sin pestañear y mostrándome la mirada más insensible que podía tener-
Pensé este es el momento de acabar algo que sé que no debió comenzar, de liberarla de ese suplicio que significaba mi apatía por ella y nuestra relación, pero no tenía el corazón (o el valor) para decírselo.
-Maggi, qué quieres que te diga? Eres fantástica, pero estoy confundido y no quiero hacerte daño (sí claro, era un cobarde por no decirle de una vez, pero en esa época prefería que la flor se marchitará por falta de agua que por pisotearla)-le dije volteando la cara- discúlpame pero estoy un tanto apurado-
-Por qué esa indiferencia? Pensé que me querías –me dijo quebrando la voz a mi espalda-
Me sentí como una mierda, no voy a negarlo a veces seas hombre o mujer, hemos lastimado gratuitamente a otras personas a las cuales en otras circunstancias hubiéramos abrazado y besado hasta lastimarnos físicamente, pero en ese momento volver a ella sería más perjudicial, sería sádico de mi parte.
-Te quiero por eso no estoy dispuesto a lastimarte- le dije sin voltear a mirarla, a mirar esos ojos tan penetrantes y expresivos, tan tiernos y que abrasaban mi alma hasta dejarme en cenizas-

Caminé y no pude oír lo último que dijo, era lo mejor, no estaba dispuesto a lastimarla más, un daño que ella desconocía y que yo quería evitar seguir facilitándoselo. Intenté evitarla el resto del tiempo que estuve en el trabajo, pero me sentía muy mal, ni yo mismo sabía en ese momento que sentía o que debía sentir, las bromas y los comentarios del muelas y de cabeza de pan me parecían tan vacíos, que traté de pensar en los cursos que me tocaban más tarde en la universidad, y en las manías de mis profesores.

Cuando el día acabo y ya estaba con mi mochila caminando hacia el sitio donde tomaría mi carro, me crucé con Eni que supuse iba hacia mi trabajo a ver a su hermana. Me miró semisonriente y se acercó hacia mí.

-Hola guapo, que ingrato eres- me dijo acercándose a darme un beso-
-Hola Eni- apurándome en darle el beso en la mejilla- como te va- le dije tratando de mantener la compostura-
-Que frío- me dijo sin ocultar su sorpresa- por qué ese animo? Estás molesto? O te fue mal hoy?-me dijo tratando de mostrarme un interés sincero-
-Estas realmente interesada en saber que tengo? –le pregunté agresivamente-
-Sí-
-Hoy traté como un perro a tu hermana, y me siento remal por eso, no se lo merecía. No he sido una persona buena con ella, que si se lo merecía, merecía todo mi cariño y respeto.
-No sabía es que ella..
-No, tu no sabes nada Eni, al menos ahora me siento un poco mejor porque me doy cuenta que al menos tengo alma dentro de este cuerpo, no arena o sal, en cambio tú no te sientes ni remotamente mal por que tu hermana un fulano la haga sufrir y la engañe- le dije creo injustamente sacando todo lo que había macerado dentro de mi durante el día-
-Yo sólo buscaba un poco de cariño, al menos un poco, siempre me tocan los malos, incluso tú, cuando te conocí, me gustaste, y recordé que a Maggi siempre lo bueno le pasa, y traté de darle un sorbo a esa suerte de ella, pero hasta tú que eras bueno, sólo me tocó tu lado oscuro, inclusive eso, y fui tan estúpida de creer que conmigo la pasabas mejor que con ella y guardé la esperanza que al dejarla estarías conmigo, pero al dejarla nos dejaste a ambas y mi mundo quedó nuevamente vacío- finalizó mientras miraba al piso y pude notar caer lagrimas al piso, mientras gente pasaba caminando imperturbable a nuestro lado.
-La vida no es lo que pensamos, sólo nos queda tratar de ser felices evitando dañar a otros- es lo que he aprendido, y si quieres unas disculpas por que yo también dejé que esto sucediera, y creara ilusiones en ti, te las doy, y eres especial para mi sino no hubiera permitido que esto pasará, te digo esto, porque quizás tú estabas más conciente de todo lo que estaba ocurriendo, mientras para Maggi es preferible que sufra poco en la ignorancia a que sepa la cruel verdad, espero que eso respetes Eni, es todo lo que puedo pedirte al menos por los buenos tiempos- le dije mientras se me hacia un nudo en el pecho-
-Sí, creo que eso al menos le debemos a Maggi-me dijo secándose las lagrimas y acercándose a abrazarme-
-Cuídate mucho- le dije le di un beso en la frente y me di la vuelta y caminé sin mirar atrás-
Ya no debía mirar atrás, trataría de evitar jugar con sentimientos ajenos, pero en mi creencia del karma sabía que esto se revertiría en el momento menos pensado, y sería cuando quizás ya ni recordará este momento.

viernes, 8 de enero de 2010

Inesperado amanecer

Llegué a un edificio en san Borja, en esa época pintado de verde pastel, algo ansioso y porque no decirlo nervioso me acerqué a la puerta cuando me sale al encuentro el conserje me mira analizando mi facha ( la cual estaba bien para la ocasión).
-Usted debe estar buscando a la señora XXXXX no?-me preguntó a quemarropa .
-Sí, ella me esta esperando- le dije tratando de parecer lo más natural.
-Así es-respondió mientras apretaba el botón del ascensor-departamento 402 a la derecha-me indicó.
Ya en el ascensor estaba pensando que temas podría conversar con ella, evitando pensar que sucedería cuando el licor nos librará de nuestros límites. Cuando la puerta se abrió una chica como de mi edad, estaba esperando el ascensor nos miramos mientras ella subía y yo bajaba, me dejo perplejo estaba como se debe, lindo rostro, sonrisa ambigua y un cuerpito equipado para un buen viaje.
Toqué la puerta y ahí estaba “la mami” con un vestidito de esos que usan las chicas para ir a la playa o piscina, fácil de sacar, semitransparente, y coqueto a la vista.
-Pasa,-me dijo dándome un beso- adiviné que eras tú por la hora papi-me dijo abriendo la puerta en su totalidad mientras ensayaba una pose de anfitriona de evento.
-Gracias, no traje nada porque me dijiste que no me preocupara- le dije mostrándole las palmas de mis manos.
-Así es, no te preocupes de nada, ponte cómodo ahora vengo-me pidió señalándome el sofá.
Mientras me estaba acomodando en el suave sofá de cuero crema, miré a mi alrededor la sala estaba decorada muy bien, candelabros, cuadros cuyos colores combinaban con todo lo que estaba a la vista, excitaba la vista y el buen gusto. La mami regresó con una botella de carmenere descorchada, y 2 copas, sirvió mientras me miraba seductoramente. Cuando me contaba la historia de esa uva y su periplo de un continente a otro y la ignorancia de quienes la cultivaban en chile de su presencia, todo el rato me acariciaba la pierna con movimientos cada vez más lentos pero con un ritmo marcado, basta decir que ya no podía ocultar la erección que estaba provocando ella, y el vestido además exhibía muy bien sus atributos, unos senos que se veían firmes además de bien redondos, tenía unas ganas de pasarle la lengua a esa piel que invitaba a gozar, me desconectaba por ratos de lo que me decía la mami.
-Propongo un brindis -me dijo levantando su copa de vino- quiero brindar por el hecho que estés aquí y por una linda velada.
-Y por ti, por ser tan buena anfitriona- le dije completando el brindis y para darle a notar que no era un simple espectador.
La charla como era de esperar se fue tornando más caliente a medida que las copas eran bebidas, cuando ya acabamos la segunda botella, sacó el tan mentado Malbec que me había prometido, la verdad si estaba muy bueno, saco una tabla con unos quesitos y trocitos de cabanossi me cayeron precisos, pero traté de comerlos con calma mientras “la mami” iniciaba ya avances más serios con miradas más sensuales y caricias más invasivas.
Me tomé todo el contenido de mi copa, y medité “..debo hacer algo porque ya me esta moviendo el vino..” mientras me hablaba de cómo consiguió ese departamento producto de su divorcio, yo comencé a tomar la iniciativa sentándome más cerca a ella y acariciando su brazo con los dedos hasta llegar al hombro y bajar por la tirita izquierda que sostenía el vestido por ese lado, hasta sentir la redondez de su seno izquierdo, en ese momento se quedó en silencio, creo que no esperaba esa jugada de mi parte ya que me había mostrado(disimulé bien) un tan indiferente a sus avances.
-Espero que puedas terminar lo que vas a iniciar- me dijo sonriente mientras acercaba su rostro al mío.
Me la chapé, primero suave y luego le fui metiendo más tracción al asunto, el vestidito hacia fácil poder palpar el cuerpo maduro de “la mami”, lo voluptuoso que era me arrechaba más, en eso ella me hace para atrás comienza con una mamada magistral, la lengua, los labios las manos, todo lo usó de maravilla, mano experta además que mientras usaba una mano la otra masajeada la pierna, en ese momento tenía dura toda cintura para abajo, se soltó el pelo mientras me la chupaba lo que sentía y lo que veía era increíble. Pero no tenía pensado quedarme en esa actitud pasiva y menos con una mujer tan voluptuosa y diestra en estas artes, me incorporé y le baje las tiritas, mientras le bajaba el cierre y lamía la unión de su cuello con el cuerpo, sus senos quedaron expuestos, el verlos provocó en mi un calor en las bolas que me impulso a chuparle los senos, lamer los pezones y prenderme de ellos un buen rato, incluso hasta perder la noción del tiempo, mientras mis manos estaban explorando y masajeando por debajo de su vestido, le bajé el calzoncito que traía, no era hilo pero era muy chiquito, la acomodé ella me desabotonó el cuello de mi polo lo saco de un tirón, acarició mi pecho (me había estado diciendo que deseaba verme sin polo) esa parte la había trabajado bien en el gym, una vez con el pantalón afuera, me puse un condón, ella estaba echada con las piernas abiertas el vestidito levantado hasta la cintura y los pechos afuera, que mujer para más buena le metí despacio primero la cabeza para que sintiera de a pocos la penetrada, sujete una de sus piernas y ver sus senos sacudirse con cada embestida me alocaba más, luego cambiamos y ella se montó cabalgando y mostrando movimientos de cadera con el pepino adentro que nunca antes había visto. Estaba embalado por el vino que le de 2 al toque un polvazo en el vientre y el otro en el muslo (aún no quería ensuciarle la cara ya que quería besarla un rato más) estaba ya en el cuarto polvo y me prometió un anal para cerrar mi promesa lo que me tenía motivado, ya se estaba aclarando la noche y se escuchaba más tráfico en la calle, escuchamos el intercomunicador estaba sudado del faetón que me estaba dando, y ella se detuvo, volvió a insistir el timbre ese. Se levantó y contestó, dijo algo como trata de entretenerlo un poco, colgó y vino rápidamente hacia mi.
-Debes vestirte- me dijo con cara de preocupación- es preciso que te vayas, disculpame papi, pero después te explicaré-me terminó de decir mientras iba recogiendo las 4 botellas que nos habíamos tomado.
-OK no te preocupes, no tienes que darme explicaciones, además me la he pasado increíble-le dije tratando de parecer maduro ante la situación.
-Que lindo que eres, tú no te haz quedado, parecías un toro, mi toro, bueno debemos apurarnos papi- me dijo volviendo a lo suyo.
Me vestí y salí con las mismas, pero con la frustración de no habérmela cogido por atrás, salí y esperé el ascensor, este al abrirse salió la misma chica con la que me crucé en la mañana trayendo una bolsa de pan, envalentonado por el vino le sonreí con desparpajo.
-Buenos días-la saludé sin vergüenza alguna.
-Hola, veo que haz tenido una buena noche, pero te aconsejo que si quieres llegar caminando a tu casa no te encuentre la persona que viene a ver a la señora XXXX –me dijo entre sonriente y seria.
-Así, bueno aprecio mucho mis piernas y quiero seguir usándolas, y puedo apreciar otras más-finalicé dando a notar mi mirada hacia las suyas y sonriendo.
-Me doy cuenta pero en serio deberías desaparecer o cuando este ascensor se abra te encontrará y el conoce a todos aquí.
-Pero no tengo por donde salir..a menos que alguien me invite desayuno con rico pan-le insinué directamente.
-Esta bien, no quisiera comerme todo este pan, pero entremos rápido que ese hombre es medio loco-me dijo sin dejar de mostrar complicidad.
Entramos, me dijo que se llamaba Ivonne, que sus padres estaban de viaje que estudiaba odontología, y más datos que creo no es conveniente agregar, fue una conversación grata, pero creo que lo que le agrado de mi habría sido el hecho que “la mami” debía tener una fama que bueno me dejaba como uno más de los galanes que desfilaba por ese departamento, y lo cual generaba curiosidad en ella.
Terminamos de desayunar, y parecía que su intriga hacia mi, le provocaba fascinación por todo lo que podría representar, pues prestaba atención a cada cosa que le decía o gesto que realizaba. La verdad hubiera querido es día poder profundizar más con Ivonne, pero estaba cansado, algo ebrio, y sentía que mi encanto comenzaba a decaer.
-Ivonne tengo que agradecerte y espero poder hacerlo pronto por este rico desayuno, pero debo irme estoy algo cansado, pero amanecer contigo ha sido muy interesante sobre todo que lo primero que vea con la luz del sol sean tus ojos, ha sido genial- le dije soltando con esto una bombita que esperaba surtiera efecto.
-Claro, haz sido un buen comienzo para mi día, pero toma mi número y bueno ya sabes donde vivo -me respondió agradecida por mi comentario alcanzándome un papelito.
Tomé el papelito, me levanté estaba molido, aunque tenía la mente ecuánime ella me miró sin dejar esa sonrisa que le iluminaba el rostro.
-Bueno me voy, espero poder verte dentro de pronto -acercándome a darle un beso.
-Espero que sea así, descansa-Al despedirme de ella por circunstancias que desconozco terminé besándola en los labios pero me comporté con total naturalidad como si no hubiese sido así, sin embargo me contuve no quise malograr ese beso inocente que me dio, aunque ganas no me faltaron de estrecharla entre mis brazos y hacerla sentir lo duro que podía ser. Me acompañó al ascensor sin dejar de sonreír, hasta ese momento su sonrisa no la podía descifrar, sería el alcohol quizás, fue una leve llovizna en un cruel verano aquel encuentro, pensé mientras el ascensor cerraba sus puertas y ella me hacía la seña con la mano indicando que la llamara.

jueves, 26 de noviembre de 2009

La Mami


Después de darme un contra suelazo y ver las cosas de otra forma posteriormente a mi “reunión” con Roxanne, estaba ya conciente que no era el héroe ni el bueno de la película simplemente que tenía que terminarla como pudiera, y tratando de divertirme y evitar más karma por el camino, así que hasta que me sintiera más ecuánime le dije a Maggi que nos diéramos un tiempo, por mi lado también se lo dije a Eni, quien pensaba que está era la “oportunidad” que estaba esperando, pero lo que me dolió fue ver el rostro de Maggi, quien no había hecho nada malo, y se había lucido en todo momento conmigo, pero que podía hacer, más bien estaba haciendo lo mejor para todos, incluso para mi.

En esos días tuve que apoyar en el área de licores, ya que mi pata estaba de vacaciones y el otro encargado había sufrido un accidente y estaba de descanso médico, al llegar habían unas lindas chicas, eran 4 aquel día, pero muy calladas y sonrientes, excepto una que era la más mayorcita, ella era conocida como “la mami” es que a todos nos decía papi además de ser muy cariñosa, era una mujer de unos 34 años, vestida toda de negro, con una blusa que permitía tener una idea de sus lindos pechos, caderota, no tenía mucho trasero, pero el suficiente podría decirse para hacer frente a cualquier situación, no chata estaría arriba del metro 65, hasta podría decirse metro 70, cabello marrón rojizo, apellido francés, y un conocimiento de licores muy envidiable.

Era la primera vez que tenía una conversación larga con “la mami” la verdad era una persona muy simpática, aparte de su físico, te hacia entrar en confianza con cualquier tema pica hielo, que hubiera.
-Y xxx que vinos te gustan a ti- me preguntó cuando aún el tema no estaba definido en nuestra primera conversa.
La miré y bueno la verdad hasta ese momento mi conocimiento en vinos no era del mejor, por decirlo, era muy pobre, hasta chusco quizás.
-Mmmm... Me tomo a veces mi borgoña- la miré incrédulo que halla satisfecho su curiosidad, lo cual así fue.
-¿¡Eso es lo único que tomas!? Ay papi es urgente que te dé unas clases, urgente, felizmente vas a estar aquí varios días como para darte lo básico, para comenzar los hombres, toman vino seco, o tú que pensabas, que el precio y la dedicación que tienen este tipo de vinos los haría inferior a los dulces y semi-secos?? –finalizó preguntándome cariñosamente-
-Bueno, entonces enséñame- le dije sonriendo y acercándome a ella.
Y así fue me hablaba primero de las uvas, del tipo de barricas, los tiempo de fermentación del mosto, hasta de las trampitas que hacen los productores, y de rato en rato me daba de probar de sus vinos que tenia de muestra para los clientes, vasitos pequeños. Intercalamos diversos temas en esas “clases” con “la mami” llegando a los 2 días a ya tocar temas cochinitos, lo cual “la mami” era toda una experta, me preguntaba como me gustaba comenzar, ella por ahí me soltaba algunos tips, y mientras yo hablaba me asentía de pronto, ya comenzamos a flirtear al cuarto día.

-Papi me da curiosidad, quiero tomarme un buen malbec contigo, pero eso sí, pides permiso porque yo no te dejo salir hasta que sea de día- me decía con un tono provocador de mujer segura de su potencial.
-Y que hago si más bien me quieres botar antes que sea de día??- le dije burlonamente.
-Yo te daré las dosis de licor que necesites, ni más ni menos- me dijo sonriendo y haciendo un ademán con la lengua pícaramente, lo que provocó en mí una erección repentina.

Está situación, me tenía pensando todo el día acerca de “la mami” y su desempeño, el muelas me decía que la comadre está se había levantado a un pata de él y que efectivamente “la mami” era brava que no lo soltó hasta que le saco 5 polvos, cabeza de pan después que le conté la nota y lo que me contaba “la mami”, le decía la tragasables, me aconsejaba que fuera cauto, que de hecho la fulana era una polvazo, pero debía ir suave.

Después de 2 semanas de hablar de cepas, tipos de botella, reservas y crianzas; y todos los temas posibles sobre vinos, “la mami” fue frontal conmigo.
-Estoy esperando tu confirmación, tengo curiosidad de saber como te ves sin polo- me dijo ya que yo le había comentado que hacía mes y medio había entrado al gimnasio.
-Tú dime la fecha- le dije resuelto casi atrevido.
-Que sea pasado mañana, el viernes- puntualizó mirándome fijamente- espero no te eches para atrás, ya que incluso del vino yo me ocuparé- finalizó acariciando con la punta de los dedos el pico de una botella que sostenía.
-Como crees, no sería de un caballero hacer eso, así será, el viernes entonces- le dije conteniendo la ansiedad que comenzaba a emanar en mí.